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Estructuras relevantes de arte e historia en la ciudad se encuentran en completo abandono ante la mirada indiferente de la comunidad y la Administración municipal.
Eugenio Varón Pérez sin rostro:
Destrozada y con la cara carcomida, está la estatua en honor al entonces director del Panóptico, el coronel Eugenio Varón Pérez, ubicada en este mismo lugar en la actualidad, quien luego de la violencia que se desató tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril en 1948 en el país, fuera asesinado dentro de este mismo escenario ese mismo día.
Garza caída: La escultura del maestro Enrique Saldaña Cifuentes, situada en el cruce que da entrada a la vía aeropuerto Perales, elaborada en el 2010 en el marco del año de la Biodiversidad y que se realizó en paralelo con otras tres ubicadas en diferentes sectores de la ciudad, está carcomida por el óxido e incluso la maleza crece dentro de estas estructuras metálicas.
Indio desarmado: Sin defensa y sin dedos es el estado actual del monumento a la raza pijao, que data del año 1987, ubicado en la calle 19 entre carrera Segunda y Tercera, su lanza está a medias y a su base poco a poco se le desploman las losas.
Gobernador con seguridad: Meses han pasado desde que el busto del Gobernador del Tolima entre 1918 y 1919 Luis V. González, ubicado a un lado de la glorieta de la 19 con avenida Primera, porte un caso como garante de la seguridad vial, sin embargo, esta medida no ha logrado proteger su deterioro que poco a poco borra su nombre de la placa.
Atrapado en la corrupción: Como en una prisión se encuentra la escultura al basquetbolista, ubicada dentro de lo que era el complejo deportivo de la 42, al parecer, una vez en el olvido este escenario, también todo lo que este contiene.
Sin identificar: Un monumento a Alfonso López Pumarejo en la entrada del barrio Alaska en la comuna Dos, pasaría por desapercibido sino fuera el nombre de su parque, pues su rostro empieza a desaparecer al igual que su nombre.
Este mismo hecho se presenta en la plazoleta del CAM del barrio La Pola, que no permite reconocer a esta heroína que es conocida por el mismo nombre.
Del mito a la realidad: Aunque muchos no lo sepan en el barrio Galán en la manzana J en el sur de Ibagué, existe un parque mitológico que poco tendría que envidiarle al emblemático escenario que tiene el vecino municipio de El Espinal; sino fuera por el abandono absoluto, este parque que se brindó a la comunidad en el periodo del alcalde Álvaro Ramírez entre 1995 y 1997, sería digno de admirar.
Sin embargo, de parque no le queda ni el nombre, la maleza, la falta de pintura, la delincuencia y las basuras, han borrado hasta los rostros de los personajes más representativos de la tradición tolimense que se refunden con los árboles y no dejan a la imaginación acertar quién alguna vez engalanó estos espacios destinados a la diversión.
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