BLOG NOTICIAS

El convenio suscrito con la Fundación Escuela Taller de Bogotá que permitirá iniciar las obras de restauración del panóptico.

“Es una excelente decisión el hecho que haya un convenio para lograr la terminación de las obras de restauración de este inmueble que es patrimonio nacional”, expresó, Juan Luis Isaza Londoño, Director de Patrimonio del Ministerio de Cultura quien desde el ente nacional respalda esta iniciativa.


EN EL PANÓPTICO FUNCIONARÁ LA ESCUELA TALLER DE IBAGUÉ

Gracias al convenio suscrito con la Escuela Taller de Bogotá no solo se restaurará el Panóptico sino que se creará y se dotará la Escuela Taller de Ibagué.
Los talleres que funcionarán en esta escuela son:

* TALLER DE LUTHERIA: Construcción de instrumentos musicales y mantenimiento.
* TALLER DE COCINA TRADICIONAL
* TALLER DE CONSTRUCCIÓN CON ÉNFASIS EN RESTAURACIÓN

GENERACIÓN DE EMPLEO
Durante la ejecución de esta obra que se espera inicie en dos semanas, se generarán 100 empleos. La mano de obra que se vinculen, tendrá el beneficio de ser titulados como técnicos en construcción con énfasis en restauración.

LA COMUNIDAD PODRÁ VISUALIZAR DIRECTAMENTE LAS OBRAS
Dado que el panóptico de Ibagué es el tercer monumento nacional de este estilo, los ingenieros acordarán horarios de visita para que los ciudadanos puedan apreciar cómo se realiza un proceso de restauración que será único e histórico en Ibagué.

Gracias a la permanente gestión del alcalde de Ibagué Luis H. Rodríguez, quien en reiteradas ocasiones presentó ante el Gobierno Nacional la necesidad de un escenario digno para el aprendizaje y disfrute musical, el Ministerio de Cultura, aprobó dos mil 179 millones de pesos para la construcción de la Casa de la Música.

Este escenario que contará con auditorios especializados para la práctica musical, posiblemente será construido en un lote de 2 mil metros cuadrados ubicado en el barrio Nazaret.

“La construcción de esta Casa Musical, permitirá renovar, intensificar y fortalecer el talento musical de los niños y jóvenes apasionados por la música”. Expresó, Luis H. Rodríguez, alcalde de Ibagué.

Por su parte, Ángela Viviana Gómez, Secretaria de Cultura indicó que seguirá gestionando recursos para avanzar en este proyecto que permitirá fortalecer el sello de nuestra Ciudad como la Capital Musical de Colombia.

Información precisa sobre cómo ha sido la historia de las sociedades antiguas que se asentaron en este territorio, dos exposiciones: una viajera, por el territorio nacional, con piezas arqueológicas, y otra en pendones por las municipalidades del departamento y diferentes ciudades, así como publicaciones especializadas y de divulgación, permiten evidenciar los logros de este baluarte académico.

Uno de los logros más fascinantes en la historia de la humanidad ha sido la reconstrucción histórica que, logran los arqueólogos, a partir de pequeños pero sorprendentes hallazgos que como rollos fotográficos, expuestos a la luz en el cuarto oscuro, lentamente van configurando los orígenes, usos, costumbres y cultura de nuestros antepasados.

Esas revelaciones han sido posibles gracias a la técnica y el trabajo cuidadoso de profesionales, pero, más que ello, apasionados por la arqueología, que como el profesor Héctor Salgado López y su equipo de Investigación en Arqueología y Patrimonio Regional, organizados en el grupo Grapa (Maritza Varón Barbosa, Deisy Yulieth Sabogal Lemos, Leidy Marcela Tocora Lozano, Juan Manuel Llanos Chaparro y Alba Nelly Gómez García), que en el caso del Tolima, se han empeñado en recuperar más de 13 mil años de memoria histórica regional.

Hasta 1995 los vestigios de las sociedades prehispánicas asentadas en lo que hoy es el territorio tolimense, producto de descubrimientos hechos por profesores e investigadores tenían como sitio de reposo las instalaciones del museo universitario, un lugar de por sí mágico y con una alta carga de historia y tradición, que había iniciado labores, en los inicios de la década de los años 70, conformando las colecciones patrimoniales y ejecutando investigaciones de campo orientadas al rescate y salvamento de sitios y sus contenidos arqueológicos.

Al menos ese es el recuerdo que tiene el profesor Salgado, quien en ese año puso en marcha un programa de Arqueología Regional, una propuesta de trabajo más acorde con las políticas de investigación a nivel nacional, tendiente a fortalecer y a dar una mayor visibilidad en el contexto del país al Museo Antropológico de la Universidad del Tolima, que en 2013 cumple 46 años de fundación y servicio a la comunidad.

Las piezas, textos y ambientaciones museográficas que los visitantes observan en la sala permanente o en las exposiciones viajeras son apenas una parte de los recursos patrimoniales y científicos que alberga el Laboratorio de Arqueología, del Museo Antropológico, lugar donde se almacenan y clasifican cuidadosamente más de 200 mil muestras arqueológicas divididas en colecciones conformadas por piezas completas en diversos materiales y conjuntos de referencia de restos cerámicos, líticos, arqueozoológicos, arqueobotánicos y óseos humanos, fruto de una línea de trabajo, iniciada en 2007, por medio del proyecto Clasificación, Catalogación y Sistematización de las Colecciones de Referencia, financiado permanentemente por la Universidad del Tolima y con el apoyo económico de la Fundación de Arqueología – Fian, del Banco de la República, en su fase inicial.

“Aquí hacemos las labores de limpieza, consolidación, identificación y clasificación de macrorrestos vegetales, restos de fauna y humanos, preparación de diferentes muestras para el envío a laboratorios especializados en el país y el exterior en datación, metalurgia, cerámica, líticos, caracterización de suelos y de paisajes anti­­guos”, indicaron las investigadoras.

Las piezas y otras evidencias arqueológicas que provienen de proyectos de investigación son materiales académicos de referencia para posteriores estudios e interpretaciones; son, además, un acumulado académico de suma importancia para la recuperación del patrimonio arqueológico y la construcción de identidad regional y nacional.

Las invaluables piezas que provienen de proyectos de investigación son materiales académicos de referencia para posteriores estudios e interpretaciones; son, además, un acumulado académico de suma importancia para la recuperación del patrimonio arqueológico y la construcción de identidad regional y nacional.

Las tradiciones de la región fueron la encargadas de darle color y forma al tradicional desfile de San Juan. Miles de ibaguereños disfrutaron de uno de los eventos más importantes de las fiestas. Los mejores momentos del recorrido.

Pese a que el desfile empezó con una hora de retraso, esto no fue impedimento para que los ibaguereños y turistas que llegan por está época a la ciudad disfrutaran de la alegría que los caracteriza durante el recorrido de los grupos folclóricos y sus reinas.

Las 15 candidatas al reinado municipal y 12 al Departamental, tuvieron contacto con la gente. Y es que como ya es tradición, los espectadores no pueden faltar con su traje típico.

El ambiente de fiesta y folclor se vivió desde el punto de salida de las reinas, el hotel Casa Morales hasta la carrera Quinta con calle 42, y fue precisamente el ánimo de las comparsas lo que mantuvo al público aplaudiendo y disfrutando del gran desfile.

Para los ibaguereños esas son las tradiciones que no se pueden dejar perder, y eso quedó demostrado con la presencia de cientos de ellos, motivando las comparsas de cada delegación.

Pero el turno en este desfile no fue solo para los anfitriones, los municipios que participan con sus reinas también demostraron su espíritu de fiesta, para algunos de ellos lo que caracteriza a los tolimenses.

En una visita técnica que llevó a cabo Infibagué ayer a la fuente de la plaza Murillo Toro, se definirá si el ‘desperdicio’ de agua es por falta de mantenimiento o deficiencias en la obra que fue entregada en 2011.

Hasta ayer, la fuente de agua de la plaza Murillo Toro, que por más de dos meses, aseguran algunos comerciantes derramó el preciado líquido por toda la carrera Cuarta, al parecer, por un daño en su diseño, no tuvo doliente alguno.

Héctor Cerquera, arquitecto y supervisor de la obra que se entregó el 28 de diciembre de 2011, por el entonces gobernador del Tolima, Óscar Barreto, aseguró que los géiseres, contrario a los rumores que suscitaron de que estaban mal elaborados, se entregaron a Infibagué en buen estado.

“Cuando el Instituto de Financiamiento recibió la plaza, asumió como compromiso hacerle mantenimiento.

“Y así debió ser, porque hasta la fecha no hemos recibido ninguna queja de que las fuentes estén ocasionando algún inconveniente”, argumentó el Supervisor de la obra.

No obstante, a través de la sección de EL NUEVO DÍA, ‘Voz Ciudadana’, en dos ocasiones se publicó el descontento de algunos ibaguereños ante el desperdicio de agua, que se hizo evidente en todo el recorrido de la carrera Cuarta.

En la última queja que se publicó el pasado 28 de febrero se dijo: “De nuevo el derroche de agua en la fuente de la plaza Murillo Toro”, informó un ciudadano, al indicar que desde hace varios días toda la carrera Cuarta se ha visto mojada por el desperdicio del líquido”.

Esta denuncia, a su vez, despertó una serie de comentarios a través de la página web y en la red social Facebook del periódico.

Algunos cibernautas, expresaron: “qué Lástima”, “las autoridades no tienen conciencia con el medio ambiente y ahorro del agua. Miren que bonito ejemplo de la Administración”.

Otros por su parte, explicaron que la fuente en mención “es un sistema cerrado de moto-bomba que se retroalimenta. No es como dejar la llave abierta”.

Aún así, dos meses después no hubo explicación ni quién interviniera el géiser de agua que estaba arrojando el líquido en tal sentido, que era imposible su retroalimentación.

Los responsables

Infibagué confirmó que el mantenimiento de la plaza Murillo Toro y a su vez de las dos fuentes de agua que tiene el espacio público, es responsabilidad de ellos.

Luis Enrique Ascencio, jefe de Alumbrado Público del Instituto señaló que aunque desconocía del tema, se dispuso un equipo ayer para hacer la revisión del afluente que queda en paralela a la carrera Cuarta y el cual fue objeto de denuncia por esta redacción.

“Si es falta de mantenimiento se hará la respectiva limpieza. Pero, si por el contrario son deficiencias de la obra, se notificará a la Dirección de Planeación Departamental, para que sean ellos los que intervengan”, agregó Ascencio.

De igual forma, informó que la otra fuente que tiene la plaza Murillo Toro se tiene fuera de funcionamiento por los altos costos que tiene el alumbrado público y el servicio de agua. “Además, el instituto aún no tiene los recursos para la constante limpieza”, agregó el funcionario.

Dato

La remodelación de la plaza Murillo Toro, luego de una serie de contratiempos que duraron cerca de 10 meses, fue inaugurada el 28 de diciembre de 2011, por el entonces gobernador del Tolima, Óscar Barreto Quiroga. En la plaza, se destacaron los ‘géiser’ de agua y la iluminación nocturna, cuya inversión aproximada fue de mil 800 millones de pesos.

El encargado de dar una nueva cara a este patrimonio es el ibaguereño Rosendo Gil, quien en su momento, hace 38 años, fuera auxiliar del autor del mismo.

En las manos del pintor y escultor ibaguereño Rosendo Gil Sanabria ha estado la misión de entregar en unas tres semanas la renovada cara del mural Nosotros los Pijaos, que fuera pintado en 1975 por el también tolimense Jorge Elías Triana.

Dicha labor en el Centro de Atención al Usuario de la Gobernación se acerca a la mitad, aún desafiando las difíciles condiciones climáticas, pero con la esperanza, según Gil Sanabria, de que con estos nuevos ‘retoques’ sea más duradero este patrimonio cultural e histórico de la región.

“Creo que esta restauración va a durar mucho más, porque la terraza fue impermeabilizada y no hay humedades, que estaban afectando antes” el centro de atención, cuenta el artista, tras hacer una pausa en su jornada.

Y explica, además, que el material empleado es resina expósica, con pigmentos especiales para la mezcla, todo esto para que, además de la durabilidad ante el Sol y la humedad, se respete colorido, temática, espacios, líneas y composición.

Sobre el final de su labor, confiesa que podría darse en “unos 20 días, porque la parte del centro es la que más trabajo tiene por los caballos, el español, los detalles y el colorido, ya que ahí se demora uno más”.

Cabe recordar que el trabajo se surtió tras la convocatoria pública número 0180, abierta por la Gobernación en diciembre pasado, y cuyo proceso alcanzó los 25 millones de pesos, aunque el presupuesto inicial era de 50 millones.

Según recuerda Gil Sanabria, en 1975 fue ayudante en la pintura del mural debido a una coincidencia, pues él estaba trabajando en Boyacá pintando algunas obras y en Ibagué, en el transcurso de una visita a su familia, conoció a Triana, quien le enseñó las técnicas.

La labor de un auxiliar es ayudar a preparar los pinceles y el color, encargarse de rellenar las partes planas para luego delinear.